jueves, 9 de septiembre de 2010

Vientre profeta sin tiempo [Miguel Ángel Bustos]


















Yo no soy de ningún siglo.
Vivo ausente del tiempo. Soy mi siglo como soy mi sexo y
mi delirio.
Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra.
Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se alzará
como un niño sin moral y sin patria. Un niño loco con lengua
de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de Galaxias.
Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo volver.
Entonces, ay, vientre que me aguardas, dulcísima catedral
de tinieblas.



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Fragmentos


27
Una vez, al mirar por una ventana entré en un sueño. Las cosas, los seres y la luz ante mis ojos tomaron la maravillosa forma del sueño. Se cubrieron de una niebla dorada y triste. Sobre todo y todos había un gran silencio. He quedado preso sumergido, alucinado por esta luz y este viento que vienen de un abismo desconocido. ¿Querrá alguien cubrir con una boca desesperada, con unos ojos vacíos el portal que da a la vigilia? ¿Querría, quien sabe quién, si yo se lo pido tiernamente, degollar el día?


28

Rosas de futuras primaveras, atención que me llevo el sol.


37

Tu campo lo siento.
Tienes carne de cobalto, boca de fuego, tu memoria una selva de cristales.
Yo soy tu mar.
Yo soy tu ahogado que clama en el abismo del tiempo.




Miguel Ángel Bustos (del libro Visión de los hijos del mal, 1967)

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