jueves, 30 de abril de 2009

Violencia en el parque


Violencia en el parque de la ciudad,
terror en las rutas hay
y así convierten tus manos en fuego, mañana.

Que cálidas aguas te arrollarán
desde el grito natural
cuando despiertes
si es que realmente te llaman.

Y en este parque se conocen tus pies,
cielos de bruma hechos,
sanarán en tus labios.

Y en este parque se conocen tus pies,
cielos de bruma hechos,
sanarán en tus labios.

Quien te puede, quien te puede parar
cuando el ave sopla luz de libertad
todos juntos están en el parque
cantando canciones del cielo final.

Quien te puede, quien te puede parar,
cuando el ave sopla luz de libertad, libertad.

Violencia en el parque de la ciudad,
terror en las rutas hay
y así convierten tus manos en fuego, mañana.

Que cálidas aguas te arrollarán
desde el grito natural
cuando despiertes
si es que realmente te llaman.

Y en este parque se conocen tus pies,
cielos de bruma hechos,
sanarán en tus labios.
Y en este parque se conocen tus pies,
cielos de bruma hechos,
sanarán en tus labios.

Quién te puede, quién te puede parar
cuando el ave sopla luz de libertad
todos juntos están en el parque
cantando canciones del cielo final.

Quién te puede, quién te puede parar,
cuando el ave sopla luz de libertad, libertad

Emilio del Guercio
(Aquelarre)

viernes, 24 de abril de 2009

El utópico sorete anárquico


En este, ominoso tiempo,
De inaprensible detención,
Crece, como cimiento de astilla,
Lentamente, la historia escueta de
la inmundicia simple.
Romper!
Corromper!,
Hay que descoser el cúmulo
De epidermis aletargada,
Abrir la cúpula que encierra
Las fauces seniles del histórico
Prejuicio de moralidades involutas
Para que entre, por fin, la tonicidad
Vibrátil y des-enajene la muchedumbre
Completa del ojo de mirada monótona,
Quieta, ennegrecida por la acumulación estéril
De la misma belleza católica
siempre.
Hay que romper la caja de gritos críptica que encierra
A este city así
se solea
el abismo,
se desahoga
la inhora
de la
intemperie
con aroma a dogmas
anacrónicos.
Oh!, lo he dicho, no recuerdo, tal vez en otro verso, a si!
Fue en otro verso que dije pueblo del sin celeste, punto
Exacto de la nada y agrego: roca infecunda con parásitos
Sanguinolentos, siempre vituperando el instinto
Orgásmico de crecimiento, de duración, de acumulación
De fuerzas, de poder.

Oh!, si, literalmente se verifica, aquí, como aire agobiante,
El aspecto osco, enigmático, rapaz, el aire sin vitalidad,
Que ahoga el
desahogo vital
de la osadía.

No hay nada más inmoral que la confesión y el perdón decía Nietzsche!
Bueno, se ve que aquí no lo han leído, aquí todos atravesados
Por las cruces, atravesados de punta a punta del cuerpo
Por la perversión sarcástica de la verdad rebelada, inamovible
En su castigo y en su ironía manipuladora.

Si aquí desaparecieran las iglesias igual saldrían corriendo
A adorar otra cosa, el hombre, este, el del sin celeste, quiere
Arrodillarse no importa ante quien, solo quiere arrodillarse,
Menguarse, depositarse en una especie de rebaño donde adormecer
La magnánima azarocidad del devenir, donde romper con la
Belleza de la subjetividad.

Paralelo, aquí, se vivifica, se hace táctil el
infecundo
aroma
Fláccido del extramundo.
Aquí se rompe con el aburrimiento, se ocupa la conciencia amando al poderoso, al abstracto dios,
al anacrónico
inexistente.

También existe a raudales la psicología pueril de la abnegada
Compasión que no es mas que una simulación del
escondido yo
híper narciso.
Todos con el prejuicio del dar impuesto,
todos con esta costumbre de simulación anti-instintiva,
todos escondiendo lo verdadro, lo subterraneamente real:
a saber, el de
ser uno,
solo uno, siempre uno.
La mentira infinita aquí en el cenit de lo palpable.

Sombra de altas paredes de cementos, puentes colapsados
Limitando la dinamita y el vértigo de las claves reveladoras
Que surgen de las
Vertientes
luminosas del movimiento.
Puertas selladas donde solo se mueve el cíclico aroma rancio
De los que tiene sitiadas las sienes con la creencia de hacer el
Desea aprensible, dominable, casi manipulable como un simple objeto.
Oh! Ni desde el bache negro de la palabra se podría sacar una definición
Para este lugar de
candidez vitalicia,
de ideas calcinadas, de mordaza en
La bocanada abrupta, siempre hermosa que surge de las pulsiones orgásmicas
allí en lo brumoso del interior, incomprensibles en su naturaleza.

Oh! Madito dios tan presente, y castas tan marcada.
Oh! racismo de todo el estamento burgués tapado
Por la falsa imagen de la compasión
Ho campanas, ¡atronadoras campanas
Ostentando el tedio vetusto de la melodía lúgubre!
Que recuerda, siempre, la
cercanía de
la muerte.

Oh! fofo fondo,
Pueblo de abismo inorbito,
De ingoce cósmico,
De herida indeleble que se prolongará
Hasta la profundidad efímera del infanal
Epicentro de seno muerto.
Oh! Si, pueblo, con prole de ceros anémicos,
de intacto imporo donde
se pierde el placer del tocar rojo
que genera el centellar de nuevos precipicios.

Amodorrado cráter lleno de sensibles
Lagrimales que se conmueven
ante el ámbito transfugado
del polvo perpetuo del celeste
diametralmente inexistente.

Digámoslo, amigos,
No hay luz diáfana, aquí, en el medio
De esta tragedia.
Sólo hay la utopia de que todos, uno por uno,
Se traguen sus sueñitos burgueses, sus esperanzas
Pueriles de redención celestial, sus apariencias
Misérrimas, y que salga, de la unicidad de esa digestión,
Un gran sorete
Anárquico.
Con la belleza y renovación que eso
conlleva.



martes, 21 de abril de 2009

Las horas pasan



Las horas pasan lentamente

como el desfile de un entierro

llorarás la hora en que lloras

que huirá también rapidamente

como pasan todas las horas


Apollinaire

lunes, 20 de abril de 2009

Poema de amor basado en un tema de Whitman



















Entraré en el dormitorio silenciosamente y me acos-
taré entre el novio y la novia,
esos cuerpos caídos del cielo estirados esperando des-
nudos e inquietos
los brazos reposando sobre sus ojos en la oscuridad,
hundiré mi cara en sus hombros y pechos, respirando su piel, y acariciaré y besaré cuello y boca y haré abierta y conocida la espalda,
piernas alzadas y abiertas para recibir, la verga en la noche impulsada, atormentada y atacando
excitada desde el agujero hasta la cabeza irritada
cuerpos entrelazados temblando desnudos, labios ca-
lientes y nalgas atornilladas
las unas contra las otras
y los ojos, los ojos brillantes y embrujadores, abrién-
dose a miradas y abandonos,
y gemidos de movimiento, voces, manos al aire, manos entre muslos,
manos en la humedad de labios enternecidos, palpi-
tante contracción de abdómenes
hasta que llega un blanco flujo en las agitadas sábanas,
y la novia grita pidiendo perdón, y el novio queda cu-
bierto de lágrimas de pasión y compasión,
y me alzo de la cama repleto de últimos gestos íntimos
y besos de despedida—

todo antes de que la mente despierte, tras persianas y puertas cerradas en una casa oscurecida
donde los habitantes vagan insatisfechos durante la noche,
fantasmas desnudos buscándose los unos a los otros en medio del silencio.


Allen Ginsberg
[del libro Sandwiches de realidad]

viernes, 17 de abril de 2009

A Mestertime, al potencial sonido al cuadrado.


Si, es por el salto
adentro
De tu ileso
Verso
siempre,
Por tu erudito
tacto que
intoca la
sombra.
Es por el refluir de alas de alba en
La casa de
tu
sangre,
por la corona en
flamas posada en la
cúspide de tu
epidermis que no fermenta.
Es por el amanecer intacto del canto
cotidiano de la
voz de
tu cornea,
y por indómita paciencia que no
cesa ante las
fauces del
silencio,
es por el trasfondo de sordo mundo
que por tu fuerza estoica hoy
Se puede
Volver
Redivido.
Es por la oscuridad casi
vencida,
que se preparan bocas
con anaqueles
eternos
de
sonrisa
bocas con inenarrables luces
por su potencial
brillo
vitalicio.

miércoles, 15 de abril de 2009

GRAFO a flor de piel

sábado, 11 de abril de 2009

Oclusión



Muerdes el polvo
que sacude el suelo
y pierdes las extremidades.

En instantes se raja
y la vida cruje,
ruge
y se abre.

Saltas el charco y el relente,
que se hace gota,
vive en la palma
y cae.

Hay brazos obtusos que suman grados
Hay sueño en el sueño
y vidas que se vuelan,
relentes que se esfuman
Difuman el margen,
confunden las ánimas.

Hay lentas piernas obtusas
que ganan grados
Y hay palmas abiertas,
siempre
Hay.

(Siempre hay quienes muerden)

Juan Cruz García

viernes, 10 de abril de 2009

Anda en vuelo (Tiempo-Muerto-Tiempo)


Salen brazos que arman ejércitos
Cepos
Salen
y abren camino
Camino en ve
En larga
Salan brazos que matan
Saltan vicios

Salen brazos que aplastan
Que asfixian
Salen y buscan
buscan
Y vuelven
Salen y buscan
Buscan
buscan
buscan

Y vuelven
Quizás en ve
O en equis
quizás, y de una vez
por tí,
por mí
Por todas

(Mientras el tiempo me mata, y le gano)

Juan Cruz García

Sentado, borracho en mi ataúd

(A Charles Baudelaire)


















Ebrio de sombras y castigos,
me siento
borracho
en mi ataúd.

Lo construí una tarde de invierno
sobre la nieve de la montaña,
blanco como la luna,
fuerte como la tierra.
Al fin y al cabo, viviré con los gusanos,
con los huesos deshechos,
con el humus maloliente,
de la putrefacción.

¡Qué difícil, morirse!
¡Qué difícil!
Incluso con diez copas
sobre esta alma malcriada,
sentado, borracho,
sobre mi ataúd.

Miro alrededor,
observo,
saco el pecho
para que ningún lagarto
piense
que tengo miedo.

Borracho, sí,
pero sin miedo;
muerto, sí,
en ataúd blanco
vivo de la tierra fértil
de los vivos.
Acuno la desesperación
que arrastra mis pies,
pido por caridad
que me dejen dormir esta noche
en el albergue de indigentes.
¿Cómo? —me gritan—
¡Cómo un poeta puede pedir
esa locura!

Sí, señores, poeta, poeta de la vida,
del pueblo, de las fiestas, de la calaña baja,
de los burdeles, de las putas baratas,
de los amantes enamorados.

¡Mírenme! ¡Mírenme bien!
Aquí estoy,
Sentado, borracho, en mi ataúd
en primera línea de batalla.

La tempestad mece
el abismo de mi alma
mientras escribo versos
a la muerte
para morir,
para irme acostumbrando
a futuros inquilinos malsanos:
los gusanos
de mi ataúd blanco.


Mónica López Bordón
[Del libro "Árbol de sol"]

miércoles, 8 de abril de 2009

GRAFO en el suple joven NN




lunes, 6 de abril de 2009

El poeta de la pampa surrealista



baile y muerte en el Boliche Blanco,

también contado por Juan Namún

“brilloneaba fatal algo terrible y la luna madrina y llanconosa alum-

“braba la suerte del perdido que ofendió la escondida y negra rosa

“del amor de la noche de la vida del agüero del cielo de la hermosa

“que ni estaba estaba en el aire ni en el humo ni en el vino cabrón ni en la lla-

“gosa puñalada del hombre que juraba que acababa al perdido por la

“moza por la hermana del hombre que mataba bajo el ay de la luna

“malpariosa de la cruz de la daga horrorizada del cruz diablo del dia-

“blo de su esposa de su madre y su hija de la sombra de la mierda del

“ángel de la fosa de la puta palabra que caía desde el pájaro negro

“silenciosa y en el culo de dios y en el del ánima se cagaba la muer-

“te ladinosa!”


(noches del 26 y 27.)




Juan Carlos Bustriazo Ortíz

viernes, 3 de abril de 2009

La contratapa de GRAFO

jueves, 2 de abril de 2009

GRAFO por dentro

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