martes, 6 de octubre de 2009

Pragmatismo (Poesía mayor)

A la montaña la llamé paciencia y paciencia tuve para en la urdiembre que dibujan los ríos del destino escribir el secreto de la tarde, perseguir gaviotas en los sueños, caballos salvajes en la fe, y un indomable sentimiento en la pradera entre el ombligo y la garganta; y en las orillas de los días, a la luna taciturna inquietarla de canciones sugería mi guitarra, (y fuego al sol hielo a los vasos), milenaria percusión a los buenos corazones. Y dije corazón que estás pensado cuando sientes. Al pasado lo llamé pasado y a la historia recuerdo de las cuestas ripiosas de la vida, dije fuego eres al fuego semejanza; umbral a la esperanza, vino a los besos, besos al pan y al sacrificio de la boca de tu boca. Llamé santa a mi madre, necesidad llamé a las revoluciones en cualquier esquina, utopía a todos los patios revolucionados, y papá llamé a mi padre. A la ruta camino le dije, absurdo a los relojes, temor a las cadenas. A los dragones los llamé a los gritos y a mis gritos los llamé leones, los llamé con las orejas y los ojos cuando tuve que llamarlos sin que nadie escuche. Alimento le dije a la poesía, felicidad a los cuentos de mi infancia, milagro le dije a la noche desnuda y femenina, árbol yo le dije al árbol, hijos no lo he dicho todavía. Cirugía le dije al pensamiento, al amor, le dije valentía. Adiós te dije a ti. Así. Así nombre a la despedida. Como nombro yo lo mio, incapaz (con pragmatismo).


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